PRIMERA INFANCIA.
Esta etapa de la vida es esencial para el ser humano, ya que
es precisamente en la primera infancia cuando los niños comienzan a interactuar
con el mundo que les rodea, empiezan también a construir su identidad y
establecen relaciones socio afectivas vitales para su desarrollo integral.
Es importante en esta etapa e incluso a partir de la concepción,
que el niño pueda estar en permanente contacto con la realidad, apoyado en la
confianza que le brinde su núcleo familiar como primera sociedad con la que
éste tenga relación y en la cual se desarrolle e interiorice las normas
básicas.
Por otra parte es de gran relevancia el afecto como
principio esencial para el desarrollo de la persona, ya que a partir de este se
afianza el desarrollo de las dimensiones del ser humano, a la par que se
desarrollan los elementos básicos de la personalidad: la autoestima, la
dignidad y la seguridad.
Jean Jacques Rousseau en su texto el Emilio, sostenía que el
infante debe experimentar libremente sin la interrupción o cohibición de nadie,
todo aquello que pueda hacer con sus fuerzas a partir de la experiencia y que
sería la propia naturaleza quien le orientará en la norma. Contraviniendo el
anterior postulado del autor Rousseau es preciso que se experimente, pero que a
la par los acompañantes del menor le instruyan lo que debe y no debe hacer.
A modo de conclusión es la primera infancia, la etapa
crucial para el desarrollo de la persona, en todos sus aspectos, sociales,
afectivos, físicos y psicológicos; para lo cual es crucial el acompañamiento
afectuoso y formativo.
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